La matriz de McFarlan (1983) propone clasificar los SI dependiendo de su contribución actual y futura en el negocio. En la matriz se clasifican los sistemas en:
· Estratégicos
· Alto Potencial
· Operacionales Clave
· Soporte
Estratégicas
De Alto Potencial
Aplicaciones que son críticas para alcanzar estrategias futuras de negocio.
Aplicaciones que pueden ser importantes para alcanzar el éxito futuro del negocio.
Operacionales Clave
Soporte
Aplicaciones de las que depende el éxito de la organización.
Aplicaciones que son valiosas pero no críticas para el éxito del negocio.
Cuadro 1 – Clasificación de inversiones (aplicaciones actuales y futuras) según McFarlan (1983).
Algunos sistemas actualmente pueden estar operacionales, otros pueden estar en período de desarrollo y algunos pueden ser solamente ideas, pero todos están en la matriz de acuerdo con la contribución en el negocio que pude ofrecer.
Una aplicación podría variar de posición dependiendo del tipo organización, la estrategia o los objetivos que quiere alcanzar. Sin embargo, contar con una gestión basada en esta matriz, brinda un marco para identificar nuevas oportunidades y formas de comprender el potencial encubierto de las aplicaciones existentes. Así, una aplicación podría:
· Tener un alto potencial futuro que actualmente está sin explotar.
· Tener potencial suficiente como para ser mejorada o ampliada.
· Ser más valiosa si se integra más eficazmente o se usa con mayor amplitud.
· Ser crítica para el negocio pero tener una baja calidad de datos.
· Necesitar ser renovada para responder a las necesidades del negocio.
· Ser actualizada tecnológicamente a un entorno más económico y de mayor futuro.
· Proporcionar más funcionalidades de las que necesita, por lo que admite una simplificación y reducción.
· Carecer de valor actual o futuro por lo que debe ser discontinuada.
Beneficios
Este enfoque ayuda a identificar donde se está invirtiendo y en dónde están ubicados los proyectos actuales. Por lo tanto, utilizando la matriz se puede analizar en qué se está trabajando y dónde se ha planeado trabajar en el futuro, de tal manera que si no se siguen los objetivos corporativos o existen cambios en el negocio los recursos y proyectos pueden cambiar de categoría en la matriz.
Por ejemplo, muchas empresas desearían centrarse en aplicaciones estratégicas u operacionales clave pero, sorprendentemente, a menudo su esfuerzo se aplica a las de soporte. Las acciones para remediar esta situación pueden incluir la reducción de los recursos utilizados para dar soporte a los sistemas, comprando paquetes de aplicaciones del mercado para reducir dicho soporte, subcontratando personal externo, o simplemente reduciendo la inversión total si no se dispone de dinero o el personal no es suficiente.
jueves, 9 de agosto de 2007
Análisis de las distintas carteras – Matriz de McFarlan
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